Al final de la aguda jornada laboral y formativa, con la continua exploración del conocimiento más allá del discurso razonado, me acordé del artículo publicado hace unos meses en The Economist, “Zen and the art of carmaking”, donde descubrí que las raíces culturales japonesas son tan intensas que la reputación de las empresas que buscan lucrarse para su beneficio propio es clasificada como vergonzosa.
En el país nipón, las empresas se crean con el objetivo temporal de la vida entera, con principios que se forjan en su constitución y que van desde la consistencia a la integración, pasando, lógicamente, por la longevidad. Por lo anterior, tiene su sentido que la compañía más antigua del mundo conocido se haya encontrado en Japón: la constructora Kongo Gumi, fundada en el año 578 y dedicada al mantenimiento de templos budistas (Fuente de la imagen: Wikipedia). Post publicado también en el sitio "Blog de Manuel".