Según la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), la información se ha convertido en uno de los activos más importantes que posee un despacho de abogados. Pero ampliaría esta afirmación: para cualquier entidad o profesional. Ciertamente, toda información, en caso de pérdida, sustracción o acceso no consentido por parte de terceros, puede ser empleada con fines indeseados o utilizada con fines comerciales. En el caso del profesional jurídico, las fugas de información se están convirtiendo en una de las amenazas a la que se enfrenta en el nuevo mundo conectado una profesión como la abogacía, la cual se basa en gran medida en la confianza que los clientes depositan en estos profesionales
Para paliar esa situación, el Consejo General de la Abogacía Española, en colaboración con el Instituto Nacional de Ciberseguridad y la Agencia Española de Protección de Datos, publicó la guía “Cómo gestionar una fuga de información en un despacho de abogados”, que analiza de forma práctica cómo prevenir una fuga de información en un despacho de abogados y cómo gestionarla en caso de producirse. La guía expone el origen de las amenazas que pueden provocar las fugas de información, para analizar a continuación cómo prevenirlas o mitigarlas, exponiendo un plan para la gestión de los incidentes que recoge los aspectos a tener en cuenta por parte de un despacho de abogados. Si quieres acceder a la guía, clickea AQUÍ, disponible en el Consejo General de la Abogacía (Fuente de la imagen:portada de la guía).