jueves, 28 de febrero de 2019

Ayudando a elaborar una propuesta de Compliance

Dice el amigo Antonio que en lo profesional, empresarial o institucional, nada es gratis, desde los puestos de la Mesa del Congreso o la configuración de grupos propios en el Senado en España (que se lo digan a los grupos políticos de mi país), hasta lo que se publicita como “gratis” en las campañas promocionales de algunas “empresas” españolas. Hace ya más de doce años, escribí sobre este tipo de “regalos” en el Sitio de Manuel, texto “De lo gratuito y de lo anónimo”, y del uso inadecuado, interesado, por no decir corrupto o torticero, del término, por lo que no voy a insistir en la crítica. Hoy me gustaría centrarme en el mensaje que te apuntaba en otro texto, fechado también hace más de diez años, “Networking”, cuando escribía que en las Redes Sociales Virtuales, lo mismo que en las redes sociales tradicionales, no puedo ser un egoísta, un aprovechado, un manipulador, un hipócrita, un farsante o un comediante. Siempre que se den las condiciones intelectuales, emocionales, físicas y espirituales, tengo que procurar devolver a mi red de contactos, el doble de lo que recibo y, en todo caso, ser formal, proactivo y actuar interdependientemente (recuerda: el que bien siembra, recibe excelente cosecha). De esa forma, me será útil a corto y, sobre todo, a largo plazo, la red en la que participe.

Lo anterior viene a colación porque varios han sido los compañeros de mi ámbito tradicional de relaciones que, en una determinada singularidad profesional, han solicitado opinión sobre un tema del que “coyunturalmente” se supone que soy especialista (al menos eso es lo que piensan, je je). Y varios han sido los compañeros (otros) que me han criticado que “ayude” a esos primeros que pidieron ayuda, sin yo recibir nada a cambio, y que seguir los senderos de personajes como Madre Teresa de Calcuta (ver “Aspiración Íntima), me va a llevar a la quiebra económica. Agradeciendo la crítica de los segundos y considerando una necesidad la práctica de credos y filosofías de personas que han sido líderes en su caminar por la Vida y a las que respeto un montón, les comenté que esas acciones que reprochan, para mí no son gratuitas, sino la semilla que siembro como apuesta por una cosecha futura con esas determinadas personas (no otras), siendo consciente que esos previsibles frutos puede que no lleguen a cuajar, que el riesgo cero no existe y que, en el caso que se critica, sólo me he limitado a trasladar unas orientaciones generales plasmadas en un índice capado y poco más, puesto que la relativa “diferencia competitiva”, el desarrollo o la aplicación práctica, se encuentra en mi mente.
La acción objeto de controversia consistía en unas orientaciones solicitadas hace unos años (2016), acerca de la confección de un corporate compliance y que, al percibir que podía interesar a otra mayoría o minoría (según se mire) de seguidores en las redes virtuales, lo puse a disposición vía texto titulado explícitamente “Ejemplo de Corporate Compliance” (y su versión en doméstico videoblog), aplicándome la regla básica del networking que te comentaba en el primer párrafo. Realmente sólo ofrecía el índice de un ejemplo de confección de una propuesta de Corporate Compliance, plan de prevención que contiene los elementos esenciales de un Compliance, dentro de los cuales se cuentan la evaluación de riesgos penales, los procedimientos de prevención, la figura del Compliance Officer y sus atribuciones en el caso concreto, el establecimiento de los cauces adecuados de información entre el Compliance Officer y los demás integrantes de la organización. A continuación te dejo el vídeopost doméstico publicado en una lista de reproducción en Youtube (Fuente de la imagen: pixabay).