Hasta las tantas debatiendo sobre lo que Prahalad tildó de “capitalismo inclusivo”, por el siguiente razonamiento recogido en su libro “La fortuna en la base de la pirámide: Cómo crear una vida digna y aumentar las opciones mediante el mercado” (Barcelona, Ediciones Granica, S.A. 2005): “El compromiso activo de las empresas privadas con la base de la pirámide es un elemento esencial para la creación de un capitalismo incluyente, en la medida que la competencia del sector privado por dicho mercado fomenta la atención hacia los pobres como consumidores y crea opciones para ellos”.
Llegamos a la conclusión que las políticas económicas de la UE, lideradas por Alemania, seriamente alejan el crecimiento económico y la evolución social en nuestro país. No es comprensible ni de recibo que mientras las grandes corporaciones empresariales sigan prefiriendo sus rendimientos a su responsabilidad social y los mercados financieros vuelven a registrar datos positivos relevantes, las clases no altas (la inmensa mayoría) estén desapareciendo a pasos agigantados, ante la impasible mirada de los poderes del estado.
Es necesaria la desesperada conformación de una corriente de opinión y de acción que asuma el mando efectivo, generando espacios económicos inclusivos, moralice los desajustes del sistema, fomente el progreso de habilidades, actúe de estribo a la pyme y ajuste el sector público a la realidad, regenerando su gestión como garantía de una adecuada aplicación de los impuestos recaudados, salvaguardando derechos fundamentales como la educación o la sanidad. Post publicado también en el sitio "Blog de Manuel" (imagen incorporada posteriormente; fuente: pixabay).