En relación a "Cabezas de caballo con formato de botes de crema", un tentáculo de la plutocracia es la cleptocracia, asentamiento y perfeccionamiento del poder encaminado a la sistemática malversación de capital, institucionalizando la putrefacción del régimen político de turno. Otro apéndice sería esa distracción de caudales públicos por las personas encargadas de administrarlos (fuente de la imagen: pixabay).
Y ya que estamos con esto de los tentáculos, apéndices o extremidades de ese monstruo de no sé cuantas cabezas, cabe nombrar el conocido como clientelismo (en las comarcas y pueblos se entiende por caciquismo), ese cambalache de favores a través del cual los cargos públicos, toman por costumbre la fraudulenta asignación de contratos públicos, concesiones, prebendas... con cargo obviamente a los fondos públicos, a diestro y siniestro y a cambio de apoyo político.
Ni que decir tiene que los sistemas políticos que propician, amparan o fomentan el bipartidismo o alternancia en el poder, son un excelente caldo de cultivo para el clientelismo, que según mis ideas claves está caracterizado por un conglomerado de relaciones complejas, en las que, en no pocas ocasiones, intervienen los denominados poderes fácticos (medios de comunicación, entidades financieras, IBEX35, organizaciones empresariales, etc.) en connivencia con los gobernantes.