sábado, 17 de noviembre de 2018

Que los pillen confesados

Si eres follower del Sitio de Manuel, por textos como “De vuelta al PPF”, “Poco honorable”, “El comienzo del camino”, “Cambio de paradigma”… sabes mi cruzada contra ese “copia y pega” porque sí (o por la cara), sin ni siquiera referenciar la fuente o procedencia. En el lejano (año 2003) y explícito “Copia y pega”, apuntaba que en pleno siglo XXI, en el tejido empresarial y social en el que me muevo (Málaga, Andalucía, España), sigo detectando afirmaciones exageradas que alimentan la creencia general de que existen remedios de botica que curan todos los males empresariales y, claro, pocos son los negocios que disponiendo de un horizonte prometedor, consiguen materializar esas expectativas empresariales y sociales, aplicando esos variopintos ungüentos. Pretenden utilizar una y otra vez soluciones que fueron más o menos eficaces en el pasado o que han observado su relativo o subjetivo efecto beneficioso en otras organizaciones (p.ej. el copia y aplica porque a la competencia directa, según ellos, les ha ido bien). No se deberían aceptar esos remedios caseros como fórmulas magistrales o panacea que todo lo arregla, sino que hay que buscar soluciones en consonancia con su proyecto empresarial y el marco económico y social interno y externo en el que navegan.

Hace unos años, en el Sitio Compliance, bajo el título “Programas informáticos de Cumplimiento Normativo”. contaba que unos abogados de mi ámbito sectorial de actuación, solicitaron opinión acerca de un programa informático para Compliance recomendado por su colegio profesional. Juntos, fuimos analizando la demo. Al final, ellos mismos llegaron a la conclusión que todo lo que se ofrecía se podía realizar con una plantilla de Word y otra de Excel, puesto que el método propuesto no era otra cosa que una ruta de elaboración de contenidos conforme a la normativa penal aplicable. Eso sí, remitiendo a las normas ISO internacionales para una aplicación más "profesional" y "exhaustiva". Concluí que en este caso, no solo hay que huir de los “copia y pega”, sino también de la “estandarización”. Por el contrario, hay que acercarse todo lo que se pueda a la idea de “traje a medida”. Pero lo que más me chocó de la situación fue que esa herramienta viniera recomendada por un colegio profesional, incluso, veladamente, parece ser que también por algún miembro de la Judicatura española. En mi modesta opinión, un presunto fraude en toda regla. 

Como decía uno de los contertulios: "es lo que toca y que en el futuro los pillen confesados". Dentro de unos años, cuando los damnificados tengan que hacer valer esos trabajos ante el órgano judicial de turno, se van a llevar un chasco y los presuntos profesionales estarán en clave “si te he visto no me acuerdo”, Ciertamente, determinados individuos, con la aquiescencia de instituciones y colectivos, se pasan por el forro las recomendaciones oficiales acerca de evitar el “copia y pega”. Ya lo advertía en una entrevista la por entonces Fiscal General del Estado Español del Gobierno de turno (expansión.com; si quieres acceder a la fuente, clickea AQUÍ), en el sentido de que no se realizaran “copy/paste de los programas de cumplimiento, asumiendo que con eso la empresa ya cumple”. "No es infrecuente en la práctica de otros países que, para reducir costes y evitar que el programa se aleje de los estándares de la industria de los compliance, las compañías se limiten a copiar los programas elaborados por otras, incluso pertenecientes a sectores industriales o comerciales diferentes. Esta práctica suscita serias reservas sobre la propia idoneidad del modelo adoptado y el verdadero compromiso de la empresa en la prevención de conductas delictivas" (Fuente de la imagen: pixabay).