¡Si es que esos romanos de la Antigua Roma, para algunos temas, eran unos fuera de serie! Ya me quedé fascinado en el instituto, en las clases de mi respetado profesor de Historia (ver “Repaso de Historia”, “Recuperaciones y Recuerdos" y "En un plis-plas”) y las sesiones de Derecho Romano de la profe Marisa (“Quien calla, a veces otorga”), hicieron vivir momentos de transferencia de conocimientos inolvidables. Después, en relación al sensible tema de los desahucios, se cruzó César y su legislación (ver post “Ya legisló César”). Y ya puestos, te recuerdo “El dilema monetarista”, “Common Law Vs Code Law”, “¿Comunitarización del Derecho?” o el reciente “Ánforas”.
Pues bien. Vía Marta Yolanda, llego a la cita atribuida a Marco Tulio Cicerón, jurista y orador romano, parece ser concebida en el año 55 a. C. (aunque también se rumorea que el texto se lo asignaron vía guión al personaje, cuando hicieron una película sobre este insigne romano) y que te reproduzco a continuación: “El presupuesto debe equilibrarse, el Tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe de ser moderada y controlada, y la ayuda a otros países debe eliminarse para que Roma no vaya a la bancarrota. La gente debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a costa del Estado.”
Como dice Eva María Carmona Béjar: “Por lo visto no hay nada nuevo bajo el sol. Al parecer ya está todo escrito. Solo es necesario actuar. Tendremos que volver a nuestra cultura, nuestras tradiciones, nuestros valores. No el valor del todo vale. Sino aquél que nos permite diferenciar el bien del mal sin necesidad de pasarlo por tantos tamices que resulta imposible identificar nada. Valores que nos permiten saber que robar es malo siempre, independientemente de quien lo haga y bajo qué premisas. Valores que nos permiten saber que la honradez es el único requisito imprescindible para presentar tus credenciales ante una empresa, un cliente, un amigo” (Imagen incorporada posteriormente; fuente: pixabay).