En el marco de la disciplina “Fundamentos de Derecho Público”,
llevo unas semanas analizando la normativa electoral de mi país (España),
primero con un trabajo relacionado con
los escaños del Congreso y del Senado y la Ley D´Hondt, felizmente terminado y
evaluado, y actualmente participando en un foro que con el enunciado ¿Posee
España un adecuado sistema electoral, de representación democrática?, nos
empuja a reflexionar colectivamente sobre esa sensible y trascendental
cuestión.
Casualmente, anoche veía el programa de La Sexta Columna que bajo el
título "PP y PSOE se reparten la democracia en España", analizó la
situación electoral, incluyendo la Ley D´Hondt y pensé en la oportunidad de la
profesora en proponer el foro, por su tremenda actualidad. Estudiamos en clase
que esa ley se eligió en su momento para garantizar gobiernos estables en los albores de la década de los setenta del siglo pasado en España, para
consolidar la, entonces, joven democracia española. Pero ¿Tiene sentido hoy?
Los defensores dicen que el método es el “menos malo” y es
mejor que otros, como el directo o proporcional. En cuanto a que los votos en
blanco se consideren válidos para calcular el porcentaje mínimo del 3% tampoco
lo veo. Por otro lado, se me han ocurrido multitud de cuestiones. Por ejemplo: ¿Qué
pasaría si la circunscripción electoral fuera la comunidad autónoma en vez de
la provincia? Previsiblemente, el resultado en la asignación de escaños sería
muy distinto y se desinflarían algunas mayorías. ¿Cuántos ciudadanos y
ciudadanas no votan a partidos minoritarios porque de antemano saben que no
sirve de nada? ¿Qué pasaría si en vez de aplicar la Ley D´Hondt, existiera otro
método más justo? ¿Circunscripción
única? …
Evidentemente, los partidos mayoritarios no están por la
labor. Le escribía a un participante que, tal vez, con la conformación en las
próximas elecciones al Parlamento, de nuevas mayorías relativas, pero insuficientes,
para formar gobierno (consecuencia de la crisis que estamos padeciendo y el
desencanto de los ciudadanos, sean conservadores, progresistas o liberales),
posibilitaría la reflexión y posterior materialización de un cambio en el
sistema electoral, porque siempre que existan dos partidos que
copen la mayoría de los votos, es difícil que mediten sobre lo que es justo y lo que no lo es.
En fin. Te dejo los diez primeros minutos del programa
referenciado. Este post también se ha publicado en el sitio Blog de Manuel, con el título ¿Reparto democrático?