Ayer, en clase de Derecho Procesal, el profe Tomás nos ponía
ejemplos del concepto "máximas de experiencia", parece ser uno de los
más difíciles de comprender en el triángulo Acción - Jurisdicción - Proceso, por su indeterminación. Extrajo
alguno de los modelos, como aquél referido a los vehículos a motor: "cuanto mayor es la velocidad de un vehículo, disminuye la posibilidad de
su control y aumenta la probabilidad de accidente, que será más grave en tanto
mayor sea dicha velocidad". O el del fruto de la experiencia: "nadie
vende la única casa que tiene si no es por necesidad". En cuanto a la
responsabilidad extracontractual, ésta sólo puede enervarse en caso de culpa
demostrando la "diligencia del buen padre de familia".
Mientras escuchaba los ejemplos, mi mente hilaba
comparaciones con situaciones políticas y económicas que suceden en la
actualidad. Y no me refiero al consabido dicho “una mentira repetida mil veces
se asimila a una verdad”, sino a sentimientos que, a modo de “máximas de experiencia”,
están calando en la ciudadanía, como: “La justicia no es igual para todos”, “PSOE
y PP, la misma mierda es”, “La banca siempre gana”, “La puerta giratoria de los
políticos”, “Tanto monta, monta tanto, política
y corrupción”, “Yo no he sido”, “Y si todo falla, llega el indulto”, “Hacienda
no somos todos”, … Aunque, ahora que caigo, ya me lo decía mi respetada y extinta Josefa hace treinta años. ¿En qué hemos evolucionado? Elije la expresión que quieras y si tienes otra frase
mejor, ¿A qué esperas? Aprovecha que hoy es el día de la Constitución Española y
el país está en liquidación de todos los derechos constitucionales, valores,
ética y moralidad (Fuente de la imagen: elaboración propia).