Invitado por amigos (Gracias), estuve en el
término municipal de Ojén, entre alcornoques, pinos, encinas, quejigos y alguna
chumbera. Las tantas me dieron escuchando al resto de concurrentes, con perfil
jurídico, reflexionar sobre la situación de la Justicia en España. Desde
luego, a los ojos y oídos del pueblo llano, lo que se percibe del caso Infanta
(Noòs), Elpidio Silva (Caso Blesa – Banco de Miami) y un largo etcétera que
seguramente conoces, no es independencia, inamovilidad, transparencia y sometimiento al imperio de la ley, sino tejemanejes,
manipulación y confabulaciones por doquier. Me enteré, también, del comentario que, parece
ser, uno de los abogados de la defensa le soltó al juez que estaba
interrogando a Blesa, sobre que tuviera cuidado no le fuera a pasar como al
anterior magistrado, acusado de prevaricación (Elpidio, supongo).
Según estudié en el marco de la disciplina Fundamentos de
Derecho Público (FFDP), el Poder judicial es un poder del Estado, independiente
de los otros, unitario e integrado por jueces y magistrados independientes,
inamovibles, responsables y sometidos al imperio de la ley, que ejercen de modo
exclusivo la función jurisdiccional. Según la LOPJ 6/1985 de 1 de julio, se
estructura en órdenes jurisdiccionales, siguiendo un criterio, dentro de los
que se encuentran los diversos órganos jurisdiccionales de la jurisdicción
ordinaria.
Por su parte, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)
es el órgano de gobierno del Poder Judicial. Me quedó claro en FFDP que Poder
Judicial y CGPJ no es lo mismo, ya que el primero imparte justicia de manera
independiente y el segundo solamente es el órgano de gobierno del primero. Pero
para el Magistrado Miguel Carmona Ruano (Audiencia sobre la Independencia del
Poder Judicial - Bruselas, 26 de marzo de 2008), la proclamación de la
independencia y su garantía legal, con ser condición imprescindible para que
pueda hablarse de tal, no es suficiente si este principio no está realmente
interiorizado en primer lugar en los propios jueces y, a continuación, en la
vida política y social del país.
Según Carmona, la Justicia, como institución de garantía de
los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos, y como el propio
ordenamiento jurídico que representa, establece el marco de su actuación y del
que es expresión, es por su propia naturaleza un límite frente al poder, frente
a todos los poderes y, por tanto, tiene necesariamente que ser independiente de
ellos. El juez ha de estar dispuesto a erigirse en defensor de los derechos y especialmente
de los derechos fundamentales de las minorías, incluso frente a las mayorías y
frente a los supuestos o reales “clamores públicos”, asumiendo los riesgos que
de ello se puedan derivar: la independencia no es sólo una garantía sino,
también y de modo especial, la primera obligación profesional del juez, que
como toda obligación, tiene sus costes.
En su ponencia expuesta en Bruselas, ante la Comisión
Jurídica del Parlamento Europeo, hace ahora casi seis años, el Magistrado
señaló una muestra de estos costes o riesgos: la utilización como medio de
defensa extraprocesal en determinados litigios del ataque y la deslegitimación
del poder judicial, e incluso del concreto juez o tribunal al que corresponde
el conocimiento de un asunto cuyas decisiones puedan no gustar a personas o
grupos con capacidad de acceso e incidencia en la prensa. Se trata de un tipo
de presiones, frente a las cuales el juez individual ha estado hasta ahora
escasamente preparado.
Otro riesgo apuntado por Carmona Ruano es el siempre
intentado control político de la justicia, no tratándose sólo de la ya
incidencia que los partidos políticos tienen en la conformación de los órganos
de gobierno, o también de los condicionamientos que puedan suponer para una
independencia judicial real la sobrecarga de los tribunales o la inadecuada
atribución de medios personales y materiales. Especial mención es la designación
de los vocales del CGPJ y de la misma
actitud de algunos de los designados, dócilmente subordinada a la posición de
quien los propuso, ha dado lugar a una imagen pública de "politización de
la Justicia" que, por otra parte, no se corresponde con la realidad en lo
que respecta al contenido de las decisiones de los órganos jurisdiccionales.
En
fin. Todo lo anterior se denunciaba en el año 2008 por un Magistrado Vocal del CGPJ
ante la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo. ¿Qué se ha hecho
desde entonces? Como decía ayer un contertulio: “vamos para atrás, como los
cangrejos”. Que esta semana te sea proactiva en lo laboral, profesional, empresarial o institucional. Este texto también se ha publicado en Blog de Manuel, bajo el título "Como los cangrejos" (Fuente de la imagen: dibujo que me hizo un peque de nueve años).